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Los principales materiales utilizados en la fabricación de vajillas son cerámica, porcelana, vidrio y acero inoxidable. La cerámica es resistente y fácil de limpiar, pero puede romperse fácilmente. La porcelana es elegante y duradera, pero costosa. El vidrio es transparente y resistente, pero puede astillarse. El acero inoxidable es resistente y duradero, pero puede rayarse.
La principal diferencia entre una vajilla de porcelana y una de cerámica es la composición de los materiales. La porcelana es más fina, duradera y resistente que la cerámica. Para un uso diario, se recomienda la porcelana debido a su mayor resistencia a las roturas y arañazos.
Para identificar la calidad de una vajilla, verifica el material utilizado (porcelana y loza son más duraderos), el peso y grosor (debe ser robusta), acabado liso y uniforme, esmaltado resistente a arañazos y calor, y la marca/reputación. Además, considera si es apta para lavavajillas y microondas.
Descubre los secretos y recomendaciones para sacar el máximo provecho a tu vajilla
La vajilla es un elemento esencial en la decoración de cualquier mesa, ya sea para ocasiones especiales o para el día a día. No solo es importante elegir una vajilla que se adapte a tu estilo y necesidades, sino también cuidarla correctamente para garantizar su durabilidad y mantenerla en óptimas condiciones. Aquí te presentamos algunos secretos y consejos para que tu vajilla luzca siempre impecable.
Elige el material adecuado:
Existen diferentes materiales de vajilla, como la porcelana, el vidrio, la cerámica y el melamina. Cada uno tiene sus características particulares y es importante elegir el material adecuado según tus preferencias y necesidades. La porcelana es elegante y resistente, el vidrio es transparente y fácil de limpiar, la cerámica es rústica y duradera, mientras que la melamina es ligera y resistente a los golpes.
Cuida tus platos:
Evita el uso de cubiertos de metal para cortar alimentos en la vajilla, ya que podrían rayarla. Utiliza utensilios de cocina de madera o plástico para evitar dañar las superficies. Además, evita golpear los platos con objetos duros, ya que esto puede provocar roturas. Trata de apilar tu vajilla con cuidado para evitar que se dañen los bordes o se produzcan grietas.
Limpieza adecuada:
Evita lavar la vajilla con esponjas o cepillos abrasivos que puedan rayarla. Utiliza agua tibia y jabón suave para limpiarla y enjuágala adecuadamente para eliminar cualquier residuo. Si la vajilla es apta para lavavajillas, utiliza un programa suave y evita altas temperaturas que podrían dañarla. Si tienes manchas difíciles, puedes remojar los platos en agua tibia con bicarbonato de sodio antes de lavarlos.
Almacenamiento correcto:
Cuando guardes tu vajilla, asegúrate de que esté completamente seca para evitar la formación de moho. Utiliza separadores o fieltros entre los platos para evitar que se rayen al estar apilados. Si tienes espacio, lo ideal es guardar la vajilla en un armario cerrado para protegerla del polvo y la humedad.
Con estos sencillos consejos y secretos, podrás mantener tu vajilla en perfectas condiciones durante mucho tiempo. Recuerda elegir el material adecuado, cuidar tus platos, limpiarlos correctamente y almacenarlos de forma adecuada. ¡Disfruta de una mesa siempre elegante y acogedora con tu vajilla favorita!